Una impresora multifunción es la que, además de imprimir, incorpora otras funciones extra relacionadas con la gestión de documentos. Las más habituales son:
Escáner: digitaliza documentos para almacenarlos, enviarlos, copiarlos o imprimirlos. Según la máquina, se puede alimentar manualmente (colocando el documento para su escaneo uno a uno) o por el sistema ADF por el cual, colocando los papeles en la entrada al efecto, el escáner los recoge automáticamente y les da la vuelta para escanear también a doble cara.
Fotocopiadora: Para ello la impresora debe contar con una función autónoma que no dependa de un ordenador para realizar copias de documentos, utilizando para ellos un escáner.
Fax: para enviar o recibir documentos remotamente por vía telefónica, aunque hoy muy en desuso.
Dúplex: es la función por la que una impresora imprime a doble cara (no requiere que se dé la vuelta a las hojas), consiguiendo un importante ahorro de papel.
Cuando el fabricante anuncia esta característica, es porque el volteo de la hoja es automático. El proceso manual se puede realizar en cualquier impresora a través del driver de la misma configurando las propiedades de impresión.
Aunque la conectividad no es una característica principal para ser considerada una impresora multifunción, sí es un elemento que encontramos comúnmente en este tipo de máquinas orientadas a entornos profesionales.
Conectividad Wi-Fi: Permite conectar inalámbricamente el PC o el Smartphone a la impresora sin el inconveniente de tener que hacerlo por cable. Permite la impresión a distancia.
Todas o algunas de estas funcionalidades pueden reunirlas tanto impresoras de inyección como impresoras láser. Las impresoras multifunción suponen un ahorro económico ya que, aunque algo más caras que una simple impresora, ahorran el tener que comprar el escáner, el fax y/o la fotocopiadora.
También ahorran espacio porque en un solo equipo obtenemos las mismas funcionalidades que con varias máquinas independientes. Y por lo mismo, ahorran energía.