Comprar una impresora puede parecer una tarea sencilla, pero es fácil cometer errores que pueden resultar costosos a largo plazo. Aquí tienes algunos errores comunes que debes evitar al comprar una impresora:
No investigar el costo de los consumibles: A menudo, las impresoras baratas tienen cartuchos de tinta o tóner muy caros. Investiga el costo de los consumibles y la frecuencia con la que tendrás que reemplazarlos.
Ignorar las necesidades de impresión: Considera el volumen de impresión que esperas manejar. Las impresoras de inyección de tinta son adecuadas para volúmenes bajos a moderados, mientras que las impresoras láser son mejores para altos volúmenes.
No verificar la conectividad: Asegúrate de que la impresora tenga las opciones de conectividad que necesitas, como Wi-Fi, Ethernet, Bluetooth o USB. Esto es especialmente importante si planeas imprimir desde múltiples dispositivos.
Desconocer las funciones adicionales: Algunas impresoras ofrecen funciones adicionales como escaneo, copiado, fax y impresión a doble cara. Evalúa si necesitas estas funciones y elige una impresora que las ofrezca si son importantes para ti.
No considerar el espacio disponible: Las impresoras pueden variar considerablemente en tamaño. Asegúrate de tener suficiente espacio en tu hogar u oficina para acomodar la impresora que elijas.
No revisar la velocidad de impresión: La velocidad de impresión es crucial si necesitas imprimir grandes volúmenes rápidamente. Verifica las páginas por minuto (ppm) que puede manejar la impresora.
Pasar por alto la calidad de impresión: Si necesitas impresiones de alta calidad, especialmente para fotos o gráficos detallados, asegúrate de que la impresora ofrezca una alta resolución.
No comprobar la compatibilidad del sistema operativo: Asegúrate de que la impresora sea compatible con el sistema operativo de tus dispositivos. Algunos modelos pueden no ser compatibles con versiones más antiguas o específicas de sistemas operativos.
No revisar las políticas de garantía y soporte: Verifica la duración de la garantía y qué tipo de soporte ofrece el fabricante. Una buena política de soporte puede ser muy útil en caso de problemas técnicos.